He estado pensando mucho en esto las últimas semanas, he tenido la oportunidad, por primera vez en muchos años, de jugar tenis casi todos los días. Mi juego se ha vuelto progresivamente mejor. He tenido una serie de momentos de éxtasis en el que he jugado como el jugador que quiero ser.
Y casi con toda seguridad podría serlo, aun teniendo mis 58 años de edad. Hasta hace poco, nunca creí que fuera posible. A lo largo de mi vida, he aceptado el mito increíblemente resistente que algunas personas nacen con talentos especiales y que el verdadero potencial de sobresalir en cualquier actividad propuesta está en gran medida determinado por nuestra herencia genética.
El año pasado, leí no menos de cinco libros (y una serie de investigaciones científicas). También escribí una, The Way We're Working Isn't Working, ésta establece una guía, basada en la ciencia de alto rendimiento, donde de manera sistemática se construyec su capacidad física, emocional, mental y espiritualmente.
Hemos encontrado, en nuestro trabajo con los ejecutivos de decenas de organizaciones, que es posible construir cualquier habilidad o capacidad determinada de la manera sistemática como cuando entrenamos los músculos: "ejercitarte más allá de tu zona de confort, y luego descansa." Aristóteles. El filósofo tenía exactamente la respuesta correcta hace dos mil años. Somos lo que repetidamente hacemos. Al basarse en prácticas muy específicas, hemos visto a nuestros clientes mejorar dramáticamente las habilidades que van desde la empatía, para centrarse, a la creatividad, para convocar a las emociones positivas, de relajación profunda.
Durante más de dos décadas, Anders Ericsson ha estado lo ha estado practicando: que no es heredado el talento que determina lo bien que nos convertimos en algo, sino más bien lo duro que se está dispuesto a trabajar. Él la llama, "práctica deliberada". Numerosos investigadores están de acuerdo que 10.000 horas de práctica, como el mínimo necesario para lograr experiencia en cualquier actividad compleja. Una de las conclusiones centrales de Ericsson es que la práctica no sólo es el ingrediente más importante en el logro de la excelencia, pero también el más difícil y la menos agradable intrínsecamente.
Si quieres ser realmente bueno en algo, va a implicar sin descanso empujar más allá de tu zona de confort, junto con la frustración, la lucha, reveses y fracasos. Eso es cierto siempre y cuando quieras seguir mejorando, e incluso mantener un alto nivel de excelencia. La recompensa es que ser realmente bueno en algo que se ha ganado a través de su propio trabajo puede ser una grandísima satisfacción.
Aquí, entonces, las seis claves para alcanzar la excelencia que hemos encontrado son los más eficaces para nuestros clientes:
1. Hacer lo que te gusta. La pasión es un motivador increíble. Se centran los combustibles, la resistencia y la perseverancia.
2. Hacer el trabajo más dificil en primer lugar. Todos se mueven por instinto hacia el placer y lejos del dolor. La mayoría de grandes intérpretes, Ericsson y otros han encontrado, demorar la gratificación y asumir la difícil tarea de la práctica por las mañanas, antes de hacer cualquier otra cosa. Ahí es cuando la mayoría de nosotros tiene la mayor cantidad de energía y la menor cantidad de distracciones.
3. Practica intensamente, sin interrupciones por períodos cortos de no más de 90 minutos y luego tomar un descanso. Noventa minutos parece ser el tiempo máximo que puede aportar el máximo nivel de atención a cualquier actividad. La evidencia es igual de fuerte que los grandes artistas que practican no más de 4 ½ horas al día.
4. Buscar la retroalimentación de expertos, en dosis intermitentes. Cuanto más simple y más precisa la retroalimentación, más preparado serás para hacer ajustes. Demasiados comentarios, demasiado continuamente, sin embargo, puede crear una sobrecarga cognitiva, aumentan la ansiedad, e interferir con el aprendizaje. Mantener un equilibrio ante todo.
5. Tome descansos regulares; renovación. Descanso después de un esfuerzo intenso, no sólo proporciona una oportunidad para rejuvenecer, sino también para metabolizar e incorporar el aprendizaje. Es también durante el reposo que el hemisferio derecho es más dominante, y en ese lapso estepuede conducir a avances creativos.
6. Ritualizar la práctica. Voluntad y la disciplina son tremendamente sobrevalorados. Como el investigador Roy Baumeister ha encontrado, ninguno de nosotros tiene mucho de ella. La mejor manera de asegurar que va a asumir tareas difíciles es ritualizarlos - los tiempos de planeación específica, inviolable en el que las hace, por lo que con el tiempo lo hacen sin tener que malgastar energía pensando en ellos.
He practicado tenis deliberadamente a lo largo de los años, pero nunca por varias horas al día o lo necesario requerido para alcanzar un nivel verdaderamente bueno. Lo que ha cambiado es que no me reprenden por más tiempo por no cumplir. Sé exactamente lo que se tardaría en llegar a ese nivel.
Tengo muchas otras prioridades como para dar al tenis toda la atención. Pero me resulta muy emocionante saber que estoy siendo capaz de conseguir se un excelente jugador de tenis, o en cualquier otra cosa.
Por Tony Schwartz.
Harvard Business Review.
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